Comunicar en 1.0

Noche de los Investigadores
La comunicación, dicen los antropólogos, es una cualidad natural del ser humano. Sólo cambian las formas. Por mucho que nos empeñásemos no podríamos librarnos de esa necesidad. Por eso los antropólogos la estudian, para conocer las diferencias entre unas sociedades y otras.

En la nuestra, al menos, en la mía, la victoria de las redes sociales nos ha convertido en comunicadores a tiempo completo. Gentes de pulgar rápido que comparten conocimientos, opiniones e incluso buena parte de su vida privada. Y todo a una velocidad de vértigo. Pero ¿son esas prisas buenas consejeras para que la comunicación sea eficaz?

Me enseñaron que el proceso comunicativo exige una ausencia de ruido que permita hacer llegar el mensaje sin deformar al receptor y, sobre todo, feedback, retroalimentación. Sin embargo tengo la impresión de que el exceso de mensajes que recibo cada día, cada hora, si me apuran, no hace más que ensordecer el proceso. Las prisas, la falta de tiempo, me impiden responder. Y creo no ser la única.

El viernes 28 de septiembre celebramos en Córdoba "La Noche de los Investigadores", un evento promovido por la Comisión Europea con el objetivo prioritario de acercar la figura de las personas que hacen ciencia a la ciudadanía. Hemos pasado algo más de un año preparando ese evento, pensando a quién invitar, animando a los investigadores a participar, diseñando el programa de una sola noche. Al final la cosa quedó así: 44 científicos se sentaría a conversar con 80 ciudadanos repartidos en 8 grupos. Al terminar compartirían un aperitivo y disfrutarían juntos de un espectáculo teatral y una actuación musical. Un diseño sencillo. Entre los objetivos que nos marcamos estaba conseguir Trending Topic para #ResearchersNight. No lo conseguimos. Los invitados no tuitearon, se limitaron a conversar, a compartir conocimiento y opiniones, seguro que algún dato privado y el fracaso en la red convirtió la noche en un éxito.

Cambiando el foco

Un buen amigo me dio un consejo hace algún tiempo. Cuando lo veas todo oscuro, sencillamente cambia la perspectiva y mira de otra manera, probablemente verás todo con más luz.

En este tiempo he tratado de seguir su máxima como una optimista bien disciplinada. No siempre ha funcionado, porque no siempre he conseguido o querido cambiar el ángulo. Cuando lo he hecho el resultado, desde luego, ha merecido la pena.

Hace unos meses descubrí que un equipo de comunicadores había profesionalizado el consejo de mi amigo logrando poner en marcha un ambicioso proyecto, no por sus dimensiones sino por lo revolucionario de su misión y visión. Nacen de la agencia Alma Comunicación y Estrategia y pretenden informar sobre todo lo innovador y creativo que ocurre en Andalucía, cambiando, como me recomendaba mi amigo, el foco y alejándose de los tópicos y prejuicios que desde que los románticos se dejaron caer por aquí tanto pesan en esta tierra.

Son Historias de Luz... Una mirada fresca y recomendable.

Esos freaks de la ciencia

Ricardo anda construyendo una neurona de 15 metros mientras Antonio tuitea como un homo heidelbergensis nacido hace cosa de 500.000 años y América aboga por largar de las redes a todos los conspiranóicos y piensa en qué agujero se meterá la semana que viene con su cámara.
Son sólo una muestra de la materia un poco freak y absolutamente sorprendente que esta semana se mueve en el experimento que por segundo año consecutivo ha organizado el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra: el Campus Gutenberg.
Pasar dos días inmersa en ese derroche de creatividad resulta increíblemente estimulante. Son tantas las ideas que se te ocurren escuchando y viendo trabajar a estos genios de la comunicación y divulgación científica que una acaba agotada, aunque deseando volver a casa y empezar a poner en pie cualquiera de ellas.
Encuentros como el Campus Gutenberg en los que puedes hablar y tocar a la gente prueban, como dijo Óscar en el primer debate en BCN, que la red social funcionaba ya antes de alcanzar su versión 2.0.
Bien por estos freaks de la ciencia.

#nacecordópolis

La misma semana en la que se confirma el ERE en un periódico de la ciudad, cuatro periodistas cordobeses ponen en marcha un ambicioso proyecto: Cordópolis. Una web local pensada para ofrecer información cercana en tiempo real.
La ambición de la idea no radica tanto en la osadía de crear una empresa en estos tiempos que corren, como en evidenciar lo que las empresas periodísticas del ámbito local parecen no querer entender. El papel agoniza, señoras y señores. Los periodistas lo saben, por eso se mueven en la red como pez en el agua adelantándose a lo que sus gerentes tendrán que acabar entendiendo.
Comparten sus informaciones, adelantan exclusivas, crean expectación para convertirnos en fieles lectores, mientras que desde las direcciones de los medios se sigue mirando al kiosco para poner redactores en la calle o para ofertar publicidad.
En el caso de Córdoba hay honrosas excepciones que hace años entendieron dónde estaba el futuro cordobadeporte.com fue la primera web de información local de una ciudad que vivió las "vacas gordas" de la publicidad inmobiliaria sin prepararse para la que se nos venía encima. Aquellos pioneros sobreviven y hoy esperan a estos cuatro osados a los que deseo la mejor de las suertes. Bienvenidos.