Esos freaks de la ciencia

Ricardo anda construyendo una neurona de 15 metros mientras Antonio tuitea como un homo heidelbergensis nacido hace cosa de 500.000 años y América aboga por largar de las redes a todos los conspiranóicos y piensa en qué agujero se meterá la semana que viene con su cámara.
Son sólo una muestra de la materia un poco freak y absolutamente sorprendente que esta semana se mueve en el experimento que por segundo año consecutivo ha organizado el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra: el Campus Gutenberg.
Pasar dos días inmersa en ese derroche de creatividad resulta increíblemente estimulante. Son tantas las ideas que se te ocurren escuchando y viendo trabajar a estos genios de la comunicación y divulgación científica que una acaba agotada, aunque deseando volver a casa y empezar a poner en pie cualquiera de ellas.
Encuentros como el Campus Gutenberg en los que puedes hablar y tocar a la gente prueban, como dijo Óscar en el primer debate en BCN, que la red social funcionaba ya antes de alcanzar su versión 2.0.
Bien por estos freaks de la ciencia.

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