Méjico, Venezuela, EEUU, Paraguay y unas cuantas páginas españolas de información en la red, incluidas las Agencias EFE y Sinc. La semana pasada, una noticia de ciencia lanzada desde el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 en Córdoba consiguió dar la vuelta al mundo en apenas 12 horas.
No había acabado el día y más de un centenar de personas habían compartido la noticia en sus perfiles de twitter, lo que multiplicó su difusión de manera sorprendente.
Un compañero periodista me comentaba 8 horas después de enviar la nota que el tema tenía todos los ingredientes para ser vendido: "un personaje con gancho, una base histórica reconocible y se entiende bien", escribió. Un rato antes, otro divulgador reconocía que un titular como "La vaca de Colón sigue viva" conseguía enganchar a los medios. "Una simplificación de la profesión algo triste", nos lamentamos.
El caso es que me fui a la cama convencida de que al día siguiente me encontraría a la vaca en las páginas de la prensa escrita. Afortunadamente no me gano la vida como futuróloga porque mi predicción no pudo estar más alejada de la realidad. De 3 periódicos locales y dos ediciones regionales de dos diarios nacionales sólo uno dedicó media columna a la noticia y en una página perdida.
Quise encontrarle una explicación ¿cómo una noticia que ha interesado a Globovisión, a la edición mejicana de la revista Quo y al Debat de Catalunya al mismo tiempo no ocupa ni una sólo línea en la prensa impresa local? Sigo sin encontrar un argumento periodístico que lo justifique. La única certeza que me ha parecido entrever una vez más es que el papel hace tiempo que dejó de contarnos lo que realmente está pasando.
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